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A lo largo de los años, la ingeniería y la tecnología han avanzado de manera tal, que ya resulta difícil imaginar algo que no sean capaces de lograr. Sin embargo, es en realidad incierto hasta donde pueden llevarnos estos avances en el futuro y de qué manera afectarán la vida de todos los habitantes del planeta.

A pesar de su fundamental importancia para la vida, durante los últimos años, pareciera que el verde en nuestras ciudades es, cada vez más, una tendencia “pasada de moda”. Para paliar esta situación, un importante grupo de ingenieros, científicos e investigadores han emprendido la búsqueda de descubrir de qué manera pueden incorporarse los espacios verdes en las ciudades, de modo que las comunidades urbanas puedan resultar beneficiadas tanto social como económica y ambientalmente.

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El objetivo principal de estas investigaciones, recae en la necesidad de alcanzar soluciones para combatir globalmente el cambio climático y favorecer, a su vez, el crecimiento de la población urbana, la reparación de la escasez de recursos y disminuir el riesgo de inundaciones.

El objetivo a alcanzar por estos grupos especializados en ingeniería, sería la creación de una “ciudad ecosistema”. Esta ciudad, debería tener la capacidad de ser autosuficiente, integrando la naturaleza, los espacios verdes y los cauces de agua en su diseño.

Ecología para la vida urbana

Se han desarrollado una significativa serie de estudios que demuestran los beneficios que la incorporación de la naturaleza a la vida en las ciudades puede traer consigo para la vida humana. Según aseguran los especialistas, una “ciudad ecosistema” podría significar beneficios tanto en el ámbito social, como en el económico y en el ambiental:

Beneficios ambientales

Uno de los efectos más visibles del cambio climático, se encuentra en el aumento exponencial del nivel de lluvias. Por ello, las ciudades requieren ineludiblemente adoptar sistemas más eficaces para el drenaje de aguas pluviales. Además, comienza a ser necesario alcanzar tipos de construcción que estén preparados para las grandes caídas de agua.

Por otro lado, la masividad de las construcciones en las ciudades ha alcanzado niveles tan elevados, que es poco el espacio que queda en determinados sitios para añadir espacios vegetales. Por ello, los avances en ingeniería podrían comenzar a complementar la vegetación existente a partir de la realización de los entornos virtuales.

La biodiversidad es fundamental para el sistema ecológico, para la salud de las personas que habitan en él, así como, también, para el desarrollo tecnológico posterior de la sociedad.

Debido a los espacios reducidos, para dar lugar a una mayor cantidad de espacios verdes dentro de una ciudad, deben explotarse, para su inclusión, nuevos espacios, tales como las terrazas, los balcones e, incluso, las paredes.

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http://www.elobservador.com.uy/paris-2050-n751862

Beneficios sociales

Muchos estudios psicológicos han demostrado que el carácter de las personas de una ciudad es mucho más calmo y tranquilo cuando cuenta con una interacción permanente con la naturaleza.

Por otro lado, se cree que la incorporación de una mayor cantidad de espacio verde puede ayudar a combatir la criminalidad, debido al reemplazo de los baldíos o terrenos abandonados por nuevos terrenos naturales.

El aumento de los espacios verdes en la ciudad, se afirma, ayuda en las relaciones sociales. Esto se debe a que la naturaleza puede ser un excelente ámbito de interacción social y de reunión. A su vez, la explotación de estos espacios como sitios de interacción y entretenimiento alejados progresivamente de lo tecnológico podría favorecer el contacto entre los distintos seres humanos y fomentar el respeto por lo natural.

Por otra parte, la incorporación de nuevos espacios naturales puede favorecer el funcionamiento de los distintos aspectos propios de la vida en la ciudad. Un claro ejemplo de ello, hace referencia a la gestión del tránsito. Se considera que el hecho de añadir árboles a las calles de la ciudad puede ayudar a ordenar el tráfico, debido a que éstos hacen que las calles luzcan visualmente más estrechas, provocando una conducción más lenta y tranquila.

Beneficios económicos

La incorporación de un tipo de vegetación vertical, eficaz para la agricultura, podría ser capaz de afrontar las situaciones de escasez de alimentos, debido a que podrían obtenerse muchos nuevos metros cuadrados de cultivo.

Además, contar con un número cada vez mayor de vegetación y de árboles, no sólo favorece al clima y combate el exceso de calor, sino que esos factores pueden ayudar a reducir el consumo de energía, debido a la caída de la temperatura y la mejor circulación de aire en la ciudad.

Por otro lado, aún se están investigando nuevos materiales para la construcción, que se alejen de los tradicionales utilizados en la actualidad y que resulten mucho más sostenibles.

Vegetación para el futuro

Un primer y principal ejemplo de esta visión de “ciudades ecosistemas”, podría ser el reconocido Bridge Garde de la ciudad de Londres, en Inglaterra. Este puente, cuya inauguración se planea para el año 2018, planea ser, además de puente peatonal, un nuevo e imponente jardín público. Este puente unificará el barrio de Temple con South Bank. El puente medirá 367 metros  y fue diseñado por Thomas Heatherwick.

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http://www.independent.co.uk/voices/comment/instead-of-one-garden-bridge-that-costs-a-fortune-why-not-lots-of-smaller-cheaper-ones-10160529.html

 

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