Poder hacer uso de los avances tecnológicos y en ingeniería para mejorar la calidad de vida de las personas y su salud es algo que ha estado en el centro de los desarrollos desde hace mucho tiempo. Ahora, el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), en Estados Unidos, ha dado lugar a un robot en miniatura, que es capaz de realizarse a través de entornos de muy difícil acceso y extremadamente estrechos.
Los especialistas en ingeniería del MIT que han llevado adelante este avance, aseguran que este robot podría actuar no solamente entre las venas y las arterias, sino también en el interior del cerebro. Esta es una de las principales diferencias de este robot con respecto a otros dispositivos que han ido surgiendo a lo largo del tiempo.
Ingeniería, robótica y salud
Este proyecto ha sido publicado en la reconocida revista Science. Su objetivo principal es que el dispositivo pueda funcionar correctamente como una herramienta médica a futuro. La tecnología se compone de un esqueleto de polímero blanco que cuenta con micropartículas magnéticas. Estas, se movilizan como consecuencia de la fuerza de campos magnéticos que se aplican de manera externa.
El robot se encuentra cubierto por una especie de piel fabricada en hidrogel autolubricante. Esta última característica es la que garantiza que se pueda reducir la fricción necesaria para que se pueda mover y deslizar tranquilamente a través de las venas.
https://www.nobbot.com/futuro/coagulos-cerebrales-robot/
Otro de sus elementos a destacar, que implica un muy importante avance en materia tecnológica y de ingeniería médica, tiene que ver con su núcleo interior. Este robot cuenta con un núcleo interior que es capaz de emitir rayos láser. A través de este núcleo, el robot tiene la posibilidad de deslizarse por el sistema vascular del cerebro. Así, elimina coágulos formados a través de la aplicación del mencionado láser que es de muy alta energía.
Si bien es cierto que este robot se encuentra todavía en período de prueba y en busca de generar mejoras, se espera que no demore mucho tiempo para que pueda empezar a comercializarse como una herramienta médica tecnológica. Con ello, se espera poder resolver distintos problemas médicos en la sangre y en el cerebro de una manera más sencilla, menos invasiva y con excelentes resultados, superiores a los que pueden ser garantizados por los sistemas médicos actuales.