El concepto de “gemelos digitales” data del año 2012 y fue acuñado por la NASA. No obstante, fue hace poco tiempo que se convirtió en uno de los conceptos más nombrados y utilizados en la industria. Tan imperativo es su uso en la actualidad, que se ha convertido en una de las principales tendencias tecnológicas.
¿Qué son los gemelos digitales?
Para comprender con mayor claridad en qué consisten los gemelos digitales, podemos decir que se trata de un modelo virtual acerca de un producto, de un proceso o un servicio. Se trata de un emparejamiento de los mundos físico y virtual, que permite el análisis de los datos y el monitoreo de sistemas, para lograr evitar que se produzcan problemas, prevenir tiempos de inactividad y desarrollar nuevas oportunidades. Además, es una forma de planificar un futuro óptimo a través de simulaciones.
Como decíamos, los gemelos digitales se están convirtiendo en un verdadero imperativo para las empresas. Cubren todo el ciclo de vida de un activo o de un proceso, formando la base para servicios y productos conectados. Por eso, las empresas que no respondan a esta nueva tecnología quedarán atrás en el mercado.
La puesta en marcha de los gemelos digitales se concreta en un sistema o en un objeto real. Este posee una estructura e información con copia virtual, donde es posible experimentar de diversas maneras sin correr riesgo. Se trata de algo muy beneficioso especialmente para los procesos de fabricación. Tal es así que un estudio de Gartner predice que, para 2021, la mitad de las compañías industriales aplicarán los gemelos digitales, aumentando su eficacia.
¿Cómo funcionan los gemelos digitales?
Para poder poner en práctica los gemelos digitales, es importante contar con soluciones que sean capaces de recabar la información que se genera a través de los distintos componentes de los elementos físicos. Para ello, es indispensable instalar sensores y otras herramientas que puedan encargarse de recopilar los datos sobre el estado del proceso, del producto o del servicio, en tiempo real.
Al mismo tiempo, esos componentes físicos deben estar conectados a un sistema que se base en la nube. Este sistema recibe y procesa toda la información que obtiene, comparándola también con otros parámetros contextuales. Desde ese punto, se puede generar virtualmente el mismo producto, servicio o proceso, ensayando en él todos los cambios que se aplicarían físicamente, una vez comprobado su éxito.
Sus beneficios
La unión de los dos mundos, el virtual y el físico, a través de gemelos digitales, posibilita un análisis exhaustivo de la información. Combinado con el Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial, esto permite prevenir tiempos de inactividad y probar nuevas oportunidades de negocio, que puedan ser eficaces. Se abre la posibilidad de planificar escenarios futuros a través de simulaciones, para generar excelentes resultados.