Aunque pueda parecer un cliché, en el ámbito de la sociabilidad, es frecuente que las personas cuenten con más capacidad para dar consejos a otras personas respecto a determinados problemas, que para dar una respuesta real y eficaz a los propios. Pese a eso, el diálogo interno es algo constante en todos los seres humanos. La visión general acerca de los acontecimientos y problemas es mucho más sencilla en los otros que en uno mismo. Ahora, la tecnología busca dar una respuesta a esta cuestión, a través de la realidad virtual.
Realidad virtual para hablar con uno mismo
Un gran equipo de especialistas en tecnología y de investigadores, pertenecientes al IDIBAPS, a la Universidad de Barcelona y al Virtual Bodyworks ha hecho uso de realidad virtual para poder observar los efectos de hablar con uno mismo, como si se tratara de una persona diferente. se han llevado a cabo distintos estudios que han sido publicados en la revista Scientific Reports.
Los resultados de estas investigaciones han logrado demostrar que una conversación con un yo en el cuerpo de Sigmund Freud contribuye a generar mejoras en el estado de ánimo. Esto, con resultados mucho más eficaces que hablando acerca de los propios problemas personales en una conversación virtual con un guion previamente establecido. En este sentido, los investigadores implicados consideran que los médicos podrían hacer uso de este método para ayudar a las personas a tratar sus problemas personales con mejores resultados.
https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20190731/realidad-virtual-problemas-personales-freud-7576964
Mel Slater y Solène Neyret son quienes han dirigido este trabajo, junto a otros investigadores. Este equipo había ya desarrollado otras investigaciones anteriores, donde se había podido demostrar que el comportamiento, la percepción y la actitud sobre las cosas cambia en las personas cuando adoptan un cuerpo diferente en la realidad virtual. En este sentido, Slater sostiene que:
“En otros estudios hemos demostrado que es posible hacer que la gente hable con ella misma como si fueran otras personas, cambiando el cuerpo a diferentes avatares, y así hemos visto que el estado de ánimo de los participantes mejoraba (…) No determinamos si eso ocurría porque el participante hablaba sobre sus problemas o si el cambio del cuerpo virtual también tenía algo que ver”.
Avanzando hacia la salud y el bienestar de las personas
Para probar los efectos de ese mencionado intercambio de cuerpos, los investigadores compararon un grupo de personas que tenían conversaciones consigo mismas (en una primera instancia dentro del cuerpo de la persona y en una segunda dentro del cuerpo virtual de Freud) con un grupo que habló con el Freud virtual. En el último caso, ese Freud virtual podía dar respuestas preestablecidas.
Lo que hicieron fue escanear al participante para crear un avatar en 3D que sea parecido a él. Así, cuando este ingresaba en la realidad virtual, el participante veía una representación de sí mismo. En el otro extremo de la mesa se encontraba una representación virtual de Freud. Entonces, la persona podía explicar su problema al doctor y luego ingresar dentro del cuerpo de este. En ese momento, se miraba así mismo como Freud y lo escuchaba explicando el problema. Veía, básicamente, a su propio yo explicando el problema, como si fuera otra persona y podía responderse como Freud a sí mismo. Ese intercambio de cuerpos, que puede desarrollarse más de una vez para mantener una conversación, permite ofrecer una voz distinta o aconsejarse a uno mismo de la misma forma en que se hace con las otras personas.